EVA CRUZ

ADOLESCENTES: ¿POR QUÉ SU CEREBRO HACE BIG BANG?

Nunca más le llames cabeza hueca porque el cerebro adolescente está en plena revolución. Bajo esa coleta rebelde, las malas

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Nunca más le llames cabeza hueca porque el cerebro adolescente está en plena revolución. Bajo esa coleta rebelde, las malas caras y su perpetuo WHATSAPEO, se esconde no sólo una revolución hormonal, sino el Big Bang de su cerebro, los neurólogos han visto cómo los quinceañeros desarrollan en esta época su inteligencia, sientan las bases de un cerebro selectivo y perfeccionan su memoria. Nuestro experto en orientación psicopedagógica Jorge Ignacio Resino Pérez nos explica cómo ejercer de padre o madre (casi) perfecto, cálido y exigente, cuando de lo que se trata es de manejar esas cabezas que gruñen por sistema cuando les acaricias.

EVA CRUZ

ADOLESCENTES; ¿POR QUÉ SU CEREBRO HACE BIG BANG?

LA REVOLUCIÓN ADOLESCENTE ES UN CEREBRO EN CONSTANTE TRANSFORMACIÓN

EVA CRUZ

ADOLESCENTES; ¿POR QUÉ SU CEREBRO HACE BIG BANG?

“Cuando entran en la secundaria, las chicas arrasan”

Me obsesiona ese papel con el eje de coordenadas que me ha enseñado Jorge Ignacio Resino en las que cabemos todas las variables de padres y madres. Lo peor de lo peor debe ser tener unos progenitores exigentes y fríos, es decir, unos auténticos autoritarios a palo seco.

¿Por qué la adolescencia no afecta por igual a chicas que a chicos?

Porque chicos y chicas experimentan el cambio emocional en la adolescencia a diferente velocidad. Las chicas maduran antes que ellos y a los 13 años ven a sus compañeros muy infantiles. En su contra también tienen algunos problemas y yo creo que estamos maltratando a las chicas en el sistema educativo. Se está destacando un asunto muy serio en diversos estudios realizados en ESTADOS UNIDOS. Cuando ellas entran en secundaria poseen un nivel de autoestima elevado y sacan notas altas. Pero cuando terminan la secundaria y se repite el test, la autoestima de las chicas ha bajado. ¿Por qué? en parte porque reciben mensajes del mundo adulto en el sentido de que lo que realmente importa de ellas es su atractivo físico. Entran en la secundaria convencidas de que tienen valor por sí mismas  y la terminan pensando que dependen de la opinión de los otros; comienzan entonces a preocuparse en cómo agradar a los demás. Es un tema muy serio que la comunidad educativa que debe afrontar y resolver. 

En España nos enfrentamos al problema del acoso y maltrato de las adolescentes por parte de sus novios y compañeros de clase.

El problema es que se reproduciendo en antiguo modelo machista que exige la sumisión de la mujer al varón. Según las encuestas, el 40% de las chicas considera normal que su chico les vigile el móvil, les controle la ropa, las amistades o a dónde van. En los centros educativos el acoso y la violencia tiene que erradicarse, es posible hacerlo.

Durante la entrevista, Jorge Ignacio Resino ha trazado un eje de coordenadas en mi cuestionario impoluto. “Mira, aquí están todos los tipos de madres y padres; en el eje vertical, arriba, ubico los cálidos y abajo los fríos. En el eje horizontal, a la izquierda están los exigentes y a la derecha, los laxos. No lo pierdas de vista”. La entrevista con esta maravilloso especializado en orientación pedagógica en adolescentes ha sido vía Skype, atraía por lo que el llama “el talento de los adolescentes”. “Estoy harto de los padres que sólo saben quejarse de esta edad y decirme que no lo soportan”. Soy orientador y sé que los chicos conflictivos son una minoría. El resto supera con éxito etapa, mantienen una buena relación con la familia y, sobre todo, aprovechan todas las nuevas capacidades que su cerebro maduro y su fuerza joven les aportan”.

 

Cuando se dejan atrás las rabietas infantiles y las visitas a urgencias pediátricas, el respiro de los padres dura poco,: llega la adolescencia.

 

1 ¿Se puede atravesar de puntillas por esta etapa?

No, no se puede. Pero hay que eliminar la mala prensa de los adolescentes. Es una edad en la que se acumulan las tareas: quieren ser aceptados en el grupo; desean salir de la órbita de los padres pero in romper con ellos; persiguen el afirmarse, pero no saben muy bien quiénes son… corren riesgos, se vuelven extraños. Pero la mayor parte de ellos están muy bien integrados en la familia, salvo las tensiones normales. Además, es una etapa importantísima en su desarrollo, cuando su cerebro vive transformaciones de vértigo.

 

El vértigo es la sensación que los adolescentes suelen producir a su alrededor:

 

2 ¿Todos esos cambios se originan en su cerebro?

La neurociencia aplicada a adolescentes en el siglo XXI aporta respuestas certeras a la llamada crisis de la adolescencia. Ha sido uno de los descubrimientos más sorprendentes en los últimos 15 años. Se sabía que el momento de mayor plasticidad del cerebro se producía en la primera infancia hasta los cinco años. Ahora conocemos también que existe otro estallido de potencialidad entre los 13 y 17 años. El cerebro, que era infantil, se reordena. Unas áreas del cerebro adolescente crecen, otras se reducen mediante una especie de poda que elimina los superfluo, y muchas se reorganizan. Al mismo tiempo que ocurre este proceso, se perfeccionan las facultades cognitivas, la capacidad de estudio, lectura o memoria. Durante estos años se reaprenden cosas y se fija poderosamente todo lo nuevo que se incorpora. ¡De ahí la importancia de que aprendan cosas buenas!.

 

La adolescencia, segunda oportunidad

 

Observo el eje de coordenadas de un cliente adolescente, los padres fríos en su trato y laxos en la exigencia son unos perfectos negligentes. Los cálidos y laxos pueden parecer una bicoca para los hijos por su permisividad cariñosa y complaciente. Pero tanto mimo sin exigencia facilita hijos narcisistas y vulnerables. (Intuyo mi perfil, pero la entrevista debe seguir).

 

En los años 90 nos dijeron que el futuro de nuestros hijos ya se había fraguado antes de los 3 años. Ahora los neurólogos y pedagogos dicen que no es así, que la adolescencia constituye una segunda oportunidad…

 

Esa idea surgió en ESTADOS UNIDOS, en la última década del siglo XX, cuando el presidente Clinton quiso acentuar los primeros años de vida del niño en el ámbito familiar y educativo. El lema era: “los tres primeros años duran toda la vida”, es decir, lo que no hubieras hecho entonces tenía consecuencias. Esta idea produjo una avalancha de sentimientos de culpabilidad, de temores y cierto abandono en la actitud ante el resto de las etapas educativas. Pero los estudios sobre el cerebro humano han demostrado que esa afirmación no es cierta, que la plasticidad del cerebro es enorme, que siempre estamos aprendiendo.

 

Entonces, ¿no estamos determinados por los genes, ni por esos primeros años de vida?

No, por suerte. La frontera entre lo innato y lo aprendido cada vez se hace más borrosa por la importancia que adquiere lo ambiental y lo educacional. El final del siglo XX fue el momento de la genética: se descifró el genoma humano, se descubrieron que genes determinaban ciertas cosas. En el siglo XXI sabemos que nacemos con nuestro repertorio genético, pero la educación y el entorno son importantísimos. La educación (de los padres, el entorno y la escuela) es fundamental para el desarrollo emocional y cognitivo en adolescentes, y también de su comportamiento. Hay muchas cosas que se pueden cambiar y mejorar educativamente, no estamos en manos del destino.

 

“El cachete impide conductas, pero no educa”

Cálidos, fríos, exigentes, laxos. Dos ejes de coordenadas entre los que discurren decenas de matices, millares de circunstancias. Carolina ha marcado un círculo sobre los padres exigentes y cálidos. Según él, los que aportan seguridad a los hijos y les dan herramientas para afrontar su propia vida, ¿Y quiénes son esos mirlos blancos?

 

La verdad es que la educación es una tarea del alto riesgo y con resultados inciertos.

 

Los padres tienen los medios para educar a sus hijos; el cariño, la comunicación y la exigencia. Los niños necesitan límites claros y no cambiantes. En la adolescencia los hijos necesitan muestras de cariño de sus padres, no el besuqueo de la infancia, que no lo aguantan, pero tal vez otras manifestaciones. Y esperan de ellos ciertas exigencias :algunos adolescentes comentan: es que mi padres pasan de mi, me dejan hacer lo que quiera. La comunicación es l clave, porque a esa edad sólo quieren hablar con sus amigos y no que sus padres les sometan a interrogatorios. De todos modos hoy día hay mucha más comunicación con los hijos que décadas atrás. 

 

La ley no siempre apoya a los padres: un juez condenó por secuestro a unos progenitores que castigaron sin salir un fin de semana a su hija de 16 años. Y si das un cachete a un vástago podría denunciarte.

Desde que se eliminó el artículo de código civil que decía que los padres tienen derecho a corregir adecuadamente a sus hijos, se ha creado una situación equívoca. Pero la realidad es que los padres tienen la obligación de educar, el deber de corregir, son responsables civiles de todo lo que hacen sus hijos. Si un chico se emborracha, coge el coche familiar y atropella a alguien, la responsabilidad civil es la de los padres. Así que ellos deberían poder prohibir salir los fines de semana a menos que deje de emborracharse. pero hay un tremendo caos jurídico respecto a la niñez y la adolescencia. Se consideraba hasta hace poco que una niña de 13 años tenía madurez suficiente para mantener relaciones sexuales con un adulto, pero no para tomar una cerveza, para eso debería esperar a los 18 años. A los 16 años pueden trabajar y pagar impuestos, pero no votar.

 

Hace unos meses recorrió el mundo el famoso vídeo de la madre de Baltimore sacando a collejas a su hijo menor de edad y encapuchado, en una manifestación contra la actuación policial por la muerte de Freddy Gray, ¿exigía esta situación la famosa bofetada a tiempo?

Hay que diferenciar entre el maltrato físico delictivo o que, dentro del proceso educativo, de forma puntual y para marcar los límites, se pueda dar un cachete, siempre en un contexto de cariño y no en arrebato de nervios. Y ¡ojo! puede servir para impedir conductas, pero nunca para fomentar buenos comportamientos.

 

Una chica de 14 años: si mi madre se mete en Instagram, está invadiendo mi intimidad.

Yo soy partidaria de respetar la intimidad de los adolescentes si observamos que no hay problemas a la vista. Pero hay que tener perspicacia y sentido común para detectar señales de alarma, por ejemplo, cuando cambian bruscamente de actitud, cortan de repente la comunicación habitual que mantenían en la familia o nos avisas desde el colegio de algún comportamiento extraño. Los padres debemos estar atentos por si frecuentan redes de anorexia, autolesión, o chats donde aportan datos de ellos mismos, o intercambian contenidos que son totalmente inadecuados. Los padres son responsables de sus hijos y si se sospecha que les acosa, violentan o engañan, hay que actuar cuanto antes.

 

¿Sirven de algo los castigos a estas edades?

Hay situaciones muy concretas, como en el caso del consumo de alcohol o drogas, en las que hay que utilizar todos los métodos disponibles. Pero en las demás situaciones soy partidaria de sustituirlos por la lógica de las consecuencias: “Si haces eso, te va a pasar esto”. También son interesantes los contratos o acuerdos entre padres e hijos: se marcan límites con ellos y se confía en su responsabilidad. Si no cumple, se le dice: “esto no es lo que habíamos acordado, hay que responsabilizarlos de los acuerdos”. Es el modo de tomarlos en serio y no infantilizarlos.

 

¿Cómo motivarles para desarrollar sus talentos?

Hay capacidades innatas que pueden desarrollarse o no, y ellos deben saberlo. No hay genios desde la cuna, el talento se aprende. El esfuerzo y la perseverancia son básicos en el desarrollo educativo y pretender reducirlo es un grave error. Es necesario explicárselo muy bien en la familia y en el colegio: cuando termina la adolescencia son ellos mismos los que deciden si desean mejorar o no en sus estudios, en el trabajo, en su vida. La pelota está en su tejado, no en las manos de papá o mamá. Cuando uno se esfuerza y siente la experiencia de la mejora es tan agradable que desea continuar. La excelencia es una tarea personalísima.

EVA CRUZ

NO TE CONFUNDAS

Lo que esperan de su familia

(aunque no lo parezca)

  • AMOR Y UN LINK DIRECTO CON LOS PADRES. la familia es algo más que una nevera llena y ropa limpia.
  • QUE ESTÉN INFORMADOS DE LO QUE HACEN: colegio, estudios, vida social, ocio… Algún hijo no le gusta que pasen de ellos
  • PONERLES LÍMITES CLAROS y lógicos a tono con los valores familiares y su propia maduración.
  • Los padre deben EDUCAR CON EL EJEMPLO y con razonamientos adecuados.
  • EL AMIENTE ES PARA EL UN APOYO, enriquecimiento y estímulo para su crecimiento personal. Él también debe colaborar para lograrlo.
  • AYUDARLE A ASUMIR RESPONSABILIDADES, ponerle a trabajar, a hacer encargos.
  • FOMENTAR SUS APTITUDES y destrezas innatas.
  • Retar a su inteligencia, ESTIMULÁNDOLE A RAZONAR y resolver conflictos.
  • RESPETAR sus sentimiento. Respetar sus opiniones y dialogar sobre ellas.
  • Ya no es un niño. DARLE ALAS.

EVA CRUZ

NO TE CONFUNDAS

Lo que pasa por su cabeza

(a gran velocidad)

  • SU CEREBRO INFANTIL SE TRANSFORMA, REDISEÑA Y MADURA durante la adolescencia, Mejoran sus conexiones o sinapsis y la materia gris se transforma en blanca. durante este proceso se perfeccionan las facultades cognitivas, la memoria, la capacidad de estudio y lectura, el lenguaje…
  • Se produce EL SALTO DE LA EXCLUSIVA DEPENDECIA FAMILIAR A LAS REALACIONES con otras personas: amigos, compañeros…
  • Viven CAMBIOS EMOCIONALES MENTALES, PSICOLÓGICOS Y SOCIALES, influidos por las hormonas sexuales, cuya concentración se eleva con la pubertad. aumenta el interés por la actividad sexual.
  • Su cerebro se hace MUY SENSIBLE A LOS MATICES EMOCIONALES DE APROBACIÓN O RECHAZO. Su prioridad se centra en relacionarse socialmente, agradar, gustar. El padre o madre se convierte, muchas veces, un ejemplo al que vencer o doblegar.
  • EL MUNDO DE LAS EMOCIONES SE DISPARA. Les cuesta controlar sus impulsos e integrar las emociones racionales. Las dosis de paciencia deben multiplicarse.

el experto

JORGE IGNACIO RESINO PÉREZ

Profesor de Educación Primaria especialidad en Lengua Extranjera Inglés

Colaborador de forma activa en el Departamento de Orientación Pedagógica

 Colegio Gredos San Diego del Escorial en la Escuela de Padres

UNA MADRE QUE APRENDE Y ACOMPAÑA 

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